El miedo se dispara ante una intervención quirúrgica. ¿Me pondrán demasiada anestesia? ¿Se equivocará el cirujano?
Pisar el quirófano impone, pero si hablamos de negligencias, el diagnóstico médico incorrecto es la número uno. En EE.UU se estima que afecta a un 5% de los adultos asistidos en atención primaria (estudio).
¿Cómo es posible?
“El error es inherente al ser humano, lo importante es no sobrepasar la cuota diaria”.
Esa frase atribuida a John Nigro aporta contexto a las negligencias médicas por error en diagnóstico.
A menudo, elevamos a los médicos a la categoría de dioses. Creemos que la medicina es la solución a todos nuestros problemas. La realidad es tozuda. A veces, hasta cruel.
La ciencia médica tiene sus limitaciones, no es exacta. Los médicos son profesionales muy cualificados, pero ante todo personas. Y como tal, fallan.
Todos erramos. Todos fallamos.
Claro que, los errores médicos usualmente provocan graves perjuicios a los pacientes y a sus familias. Perjuicios que, en ocasiones, deben ser saldados en los tribunales.
¿En qué consiste el error de diagnóstico? ¿Cuáles son los más frecuentes? ¿Existe jurisprudencia al respecto? ¿Se puede reclamar?
Paso a paso.
¿Qué es un error de diagnóstico en medicina?
Aquel proceso que no cumple con los parámetros descritos por la ciencia médica.
Se realiza a destiempo, es incorrecto o es ignorado.
Diagnóstico tardío o a destiempo
En este diagnóstico los facultativos dan con el origen del problema, pero demasiado tarde. Usualmente empeora el pronóstico como consecuencia de la demora en el tratamiento.
La Jurisprudencia es clara al respecto: es exigible que las pruebas médicas se realicen como establece el protocolo y a tiempo.
Diagnóstico incorrecto
Otro supuesto frecuente en el entorno médico es atribuir los síntomas a una enfermedad diferente a la principal. Por lo general, coincide con la omisión de pruebas diagnósticas o con una valoración deficiente.
Este error puede agravar la salud del paciente y condicionar el posterior tratamiento.
Diagnóstico ignorado
Posible, pero menos frecuente. Este último tipo de error diagnóstico se suele asociar al cansancio del profesional o a problemas burocráticos del centro sanitario.
Es un fallo grosero, de bulto, en el que se realizan las pruebas pertinentes pero se hace una incorrecta interpretación de las mismas ignorando la patología de forma parcial o total.
Sobrediagnóstico, nueva figura a debate
Mención aparte para el sobrediagnóstico.
Ocurre cuando una persona sin síntomas es diagnosticada de una enfermedad que no le ha causado ningún problema o que podría resolverse de manera espontánea.
Los casos de sobrediagnóstico se han multiplicado a raíz de los avances en la tecnología médica.
Un ejemplo es el sobrediagnóstico de cáncer.
Ahora es posible detectar esta enfermedad en sus primeras etapas. Pero su evolución suele ser una incógnita.
¿Un diminuto tumor es siempre un problema?
No necesariamente. Puede crecer tan lento que no afecte a la vida del paciente; también puede mantenerse en ese estado diminuto e incluso puede desaparecer espontáneamente.
La problemática del sobrediagnóstico radica en el sufrimiento que provoca en el paciente y en las consecuencias que puede tener para su entorno social, laboral y familiar.
Hoy en día se debate sobre la necesidad de incluir el sobrediagnóstico en la categoría de error diagnóstico médico.
Mala praxis médica, el término clave para determinar si existió error en el diagnóstico
Mala praxis en España, culpa médica en Latinoamérica.
Ambos términos representan lo mismo. La imprudencia, negligencia o mala práctica del profesional o profesionales sanitarios.
El error es inherente. Está y estará presente en la medicina. Pero eso no excluye la responsabilidad. Los médicos, los hospitales, las clínicas. Todos ellos tienen una gran responsabilidad a sus espaldas.
¿Qué determina la mala praxis en el diagnóstico?
Para establecer si hubo error médico en el diagnóstico es necesario recurrir al término lex artis.
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En el entorno médico hace referencia al criterio exigible a todo acto o tratamiento.
Corresponde con el cumplimiento del protocolo marcado por la ciencia médica y con el cuidado y la precisión exigible al propio profesional sanitario.
Por tanto, y según la lex artis médica, no es suficiente aplicar el protocolo sino que debe hacerse en tiempo y forma, con los recursos que sean necesarios, tal y como se espera de nuestro sistema sanitario.
Al respecto, es importante comprender que la posible actuación negligente de los facultativos no se mide por los resultados, sino por el procedimiento desarrollado.
La ley, que a continuación abordaremos, no valora el resultado. La ciencia médica no es exacta. Entran en juego las personas y el componente aleatorio. Cada enfermedad presenta sus características, a veces raras o infrecuentes, de ahí la importancia de valorar el proceso para determinar si hubo, o no, negligencia.
En este sentido, es recomendable ponerse en manos de abogados especialistas en errores de diagnóstico para que valoren si hubo un posible exceso de confianza por parte del equipo médico o pruebas insuficientes.
Jurisprudencia por error de diagnóstico
La Jurisprudencia se alinea con lo comentado a lo largo de este artículo.
Así lo menciona el Tribunal Supremo:
“La lex artis médica exige que la conducta del profesional sanitario, como experto, ponga a disposición del enfermo todos los medios materiales de que dispone”.
La ausencia de medios es, por tanto, la primera señal de alerta para determinar si hubo error en el diagnóstico.
El Tribunal Supremo va un paso más allá:
“También debe prever, de forma anticipada, las posibles complicaciones y evolución de la patología que trata de curar. Aquí es donde podemos determinar la negligencia del técnico”.
Esto indica la exigencia de aplicar no solo las técnicas previstas, sino de contar con conocimientos, habilidades y alternativas para tratar de combatir la enfermedad.
Por último, la Jurisprudencia insiste en que la obligación del profesional sanitario es de medios y conocimiento, no de resultados. El Tribunal Supremo señala al respecto:
“No se puede cuestionar el diagnóstico inicial por la evolución posterior dada la dificultad que entraña acertar con el correcto, a pesar de haber puesto para su consecución todos los medios disponibles, pues en todo paciente existe un margen de error independientemente de las pruebas que se le realicen”.
Errores de diagnóstico más frecuentes
Los errores médicos en el diagnóstico abarcan todas las especialidades. Algunos de los más comunes son los siguientes.
Diagnóstico erróneo de cáncer
Provoca miedo. Pánico. Cáncer sigue siendo una palabra tabú en nuestra sociedad.
El error en la fase de diagnóstico se puede dar de varias formas.
- Falso positivo: el paciente es diagnosticado y tratado por las vías convencionales, pero el cáncer no está presente en su organismo o es tan pequeño que no debería haber sido tratado.
- Error en su clasificación: se diagnostica y combate un tipo de cáncer cuando en realidad el causante era otra variante.
- Localización tardía: cuando, a pesar de realizar las pruebas pertinentes, se realiza un diagnóstico tardío que suele ir acompañado de un tratamiento posterior más agresivo. Frecuente en el cáncer de mama.
- Fallecimiento: el caso más extremo ocurre cuando el paciente fallece por un cáncer metastásico no diagnosticado.
Este tipo de error médico provoca un profundo sufrimiento al paciente y a su familia.
Errores de diagnóstico prenatal
Aunque la ciencia y la tecnología han avanzado exponencialmente en el campo prenatal, los errores siguen estando presentes.
El diagnóstico prenatal incluye las acciones necesarias para descubrir cualquier anomalía en el desarrollo del feto.
Una simple ecografía permite ver alteraciones frecuentes (ocurren en una o dos de cada cien embarazadas). Es una prueba básica, pero el error es posible. Por cansancio. Por exceso de confianza. Por despiste.
También pueden ocurrir errores en otras técnicas relacionadas con el diagnóstico prenatal: biopsia, amniocentesis, fetoscopia…
Los fallos en el diagnóstico prenatal privan a los progenitores de decidir sobre la interrupción voluntaria del embarazo. Además, en caso de continuar con la gestación pueden provocar consecuencias muy graves tanto para la madre como para el feto.
Diagnóstico incorrecto de ataque cardíaco
Este error médico es más frecuente en mujeres que en hombres.
Diversas investigaciones afirman que la probabilidad de padecer un ataque cardíaco se subestima en las mujeres.
Así, cuando una mujer acude a urgencias o a consulta primaria por un dolor torácico (síntoma principal del menor flujo de sangre al corazón) la sospecha de ataque cardíaco suele ser muy baja. Quizá por probabilidad, pero este hecho incrementa el riesgo de diagnóstico tardío y erróneo.
Hoy en día, los facultativos cuentan con medios suficientes para detectar los ataques al corazón de forma rápida y certera. Son eficaces, pero no infalibles.
Esta enfermedad se enmascara con otras más leves y comunes: acidez, gases, ansiedad, cálculos biliares…
Las consecuencias de enviar a un paciente infartado a casa sin tratamiento suelen ser dramáticas ya que presenta un riesgo muy alto de perder la vida. Y en caso de superarlo, las secuelas pueden ser muy importantes.
Diagnóstico erróneo de esclerosis múltiple (EM)
La EM es un problema de graves consecuencias tanto para los pacientes como para sus familias.
Este estudio confirmó que cerca del 33% de los pacientes diagnosticados de esclerosis múltiple no padecía la enfermedad. Otros estudios rebajan esa cifra hasta el 20%.
Uno de cada cinco pacientes sufre error en diagnóstico de EM. Son cifras muy altas que dan idea de la complejidad de realizar un diagnóstico certero de esta enfermedad al no existir un marcador específico para ella.
En este sentido, es esencial determinar si tras el error hubo negligencia o si los facultativos realizaron el protocolo médico tal y como cabría esperar.
Reclamaciones por error en diagnóstico
¿Se puede reclamar por un fallo en el diagnóstico? ¿Cómo y cuándo hacerlo?
Si crees haber sido víctima de una negligencia médica es probable que puedas reclamar.
En caso de recibir una sentencia favorable, tendrás derecho a percibir una indemnización por error de diagnóstico médico de cuantía variable según las secuelas que hayas sufrido.
¿Cómo hacerlo? Sigue los siguientes pasos para reclamar con éxito.
1.- Acceder a toda la historia clínica
La historia clínica será el eje del proceso.
Contiene la información necesaria para valorar la atención médica recibida en los últimos cinco años (como mínimo) desde la fecha de alta de cada proceso asistencial.
En ella se incluye le información relativa al diagnóstico de forma reglada: informes, exploración, medicación, anestesia, cuidados, evolución…
Tanto el paciente como su familia tienen derecho a recibirla por los cauces previstos (Servicios de Atención al Paciente de los centros sanitarios).
Debes solicitarla antes de continuar con el proceso.
2.- Ceñirte a los plazos y cauces previstos
Antes de lanzarte a presentar una reclamación, tendrás que comprobar si te encuentras dentro de los plazos previstos.
Sanidad pública
Las acciones contra la Administración y los profesionales de los centro sanitarios públicos prescriben en un año desde la fecha de la curación, de la determinación de las secuelas o del fallecimiento del paciente.
Se realizan como una reclamación por responsabilidad patrimonial a la Administración. Si no prospera, se pasa a la vía contencioso-administrativa.
Sanidad privada
En la sanidad privada el plazo varía dependiendo de la relación contractual que se haya suscrito con el médico:
- Plazo de 5 años: cuando existe relación contractual directa entre el médico y el paciente.
- Plazo de 1 año: cuando el médico al que se quiere reclamar tiene un contrato con una aseguradora de la que el paciente es socio.
Para reclamar un error en diagnóstico a la sanidad privada es necesario recurrir a la vía civil. La vía penal está reservada para los casos más graves.
3.- Reclamar a través de abogados especialistas
Examinar la historia clínica del paciente y valorar si es susceptible de reclamación. Esta compleja tarea debe recaer en un abogado con experiencia en reclamaciones médicas.
Ponerte en manos de un letrado especialista en negligencias allanará tu camino hacia la tranquilidad.
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