¿Sabes cuál es la principal causa de muerte prevenible en los hospitales?
Es probable que te vengan a la mente las infecciones, en sus distintas variantes, o la letal neumonía. Pero no, la principal causa de muerte prevenible dentro de los hospitales es la trombosis venosa. Tan grave como discreta. Discreta porque un porcentaje significativo de pacientes (entre el 30% y el 40%) no presenta síntomas.
Y no solo hablamos de un problema potencialmente letal si no se trata a tiempo (presenta una mortalidad del 25%, unas 57.000 muertes anuales estimadas en España), también son muy complicadas las secuelas que provoca. Puede llegar a causar una incapacidad laboral permanente.
Además, detrás de la enfermedad tromboembólica venosa (ETV) se esconden un sinfín de consecuencias económicas, empezando por las que sufre el propio paciente y terminando por las que rodean al sistema sanitario.
La trombosis se puede prevenir. Pautar heparina es la principal medida profiláctica para combatirla. La ausencia de esta prescripción da lugar a problemas médicos graves y a un reguero de reclamaciones en los juzgados.
A continuación, daremos respuesta a las principales dudas que surgen sobre las negligencias médicas derivadas de no pautar heparina. ¿Cómo saber si fue una negligencia? ¿Cuándo y cómo reclamar?
¿Qué es la heparina y por qué juega un papel determinante en la prevención de la trombosis venosa?
La heparina es una sustancia presente de forma natural en nuestro organismo. La elaboran los pulmones, el hígado y otros tejidos.
Es tan importante porque previene la formación de coágulos en la sangre. Se trata del anticoagulante de referencia para la prevención de la trombosis venosa.
Aunque solemos utilizar de forma global el término heparina o heparinas, esta sustancia también se presenta en fármacos modificados químicamente bajo otras nomenclaturas como Enoxaparina, Bemiparina o Dalteparina. Todos ellos medicamentos de tipo inyectable.
¿Se debe pautar heparina en todos los casos?
Como hemos señalado, la heparina es un anticoagulante que impide la formación de trombos en los vasos sanguíneos.
Pautarla a tiempo salva vidas. Pero hacerlo en todo caso, como medida profiláctica general, está desaconsejado por el riesgo hemorrágico que presenta.
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La pauta de anticoagulantes debe ser individualizada, valorando el riesgo trombótico y hemorrágico en cada paciente. Esta medicación está indicada cuando el beneficio cardiovascular supera al riesgo de sufrir un problema de sangrado.
Consecuencias de no prescribir heparina a pacientes que sí la necesitaban
Si una persona con factores de riesgo no recibe antiagregantes como medida profiláctica, el riesgo de sufrir una trombosis venosa aumenta exponencialmente.
¿Qué puede suceder? La consecuencia más grave de esta negligencia es el desprendimiento del trombo hacia el pulmón donde originará una embolia pulmonar (EP). La embolia es la tercera causa de muerte vascular, por detrás del infarto de miocardio y del ictus.
Más leves, pero frecuentes e invalidantes, son las que secuelas que sufren la mayoría de pacientes que han padecido una trombosis venosa profunda (TVP):
- Hinchazón.
- Varices.
- Calambres.
- Pruritos.
- Hormigueos.
- Parestesia.
- Úlceras.
Estas secuelas implican un gran deterioro en la calidad de vida del paciente. Las sufren entre el 50 y el 75% de los afectados por TPV.
Son secuelas persistentes que se mantienen durante meses o años tras padecer la enfermedad y que, en ocasiones, provocan una incapacidad laboral permanente (en torno al 9% de los enfermos). A menudo provocan un importante deterioro físico, mental y económico de los pacientes.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo de la trombosis?
La prescripción de heparina, clave para conocer si ha habido negligencia médica, depende, en esencia, de los factores de riesgo del paciente.
Entre ellos encontramos los siguientes:
- Cirugías, en especial de los miembros inferiores y por cáncer.
- Inmovilización prolongada.
- Obesidad.
- Edad avanzada.
- Medicamentos anticonceptivos orales.
- Embarazadas o mujeres que dieron a luz recientemente.
- Antecedentes familiares.
Estos factores predisponen al uso de antiagregantes, pero finalmente serán los facultativos los que evalúen con detalle la situación del paciente y su necesidad, o no, de pautar estos medicamentos.
¿Cómo saber si los médicos incurrieron en una negligencia médica?
La negligencia o mala praxis médica se puede producir tanto por acciones comisivas como omisivas.
En el caso que nos atañe, la heparina como medida profiláctica, en la mayoría de ocasiones supone una negligencia omisiva, derivada de no pautar dicho medicamento. Aunque, como veremos más adelante, por las peculiaridades de este fármaco también existe la posibilidad de un incorrecto uso del mismo.
Pero, ¿cómo saber si hemos sufrido una negligencia? Para ello es necesario conocer, nombrar y valorar la lex artis.
La Real Academia Española define la lex artis como “el conjunto de reglas técnicas a que ha de ajustarse la actuación de un profesional en ejercicio de su arte u oficio”. Aplicado al entorno médico supone el cumplimiento formal y protocolar de las técnicas previstas, de acuerdo a los riesgos y circunstancias que implica cada intervención.
Requisitos para determinar si hubo negligencia por ausencia de heparina en el tratamiento
Tres requisitos son necesarios para determinar si hubo o no negligencia por no pautar heparina a un paciente:
- Daños o secuelas.
- Mala praxis.
- Nexo causal.
Para determinar si una actuación médica fue negligente debe existir un una daño físico o moral. En el caso de las heparinas no suele haber dudas, las secuelas son importantes.
Por otro lado, es imprescindible valorar cómo fue la actuación sanitaria. ¿La mayoría de profesionales médicos hubieran conseguido otro resultado en las mismas circunstancias? Así descubriremos si hubo, o no, mala praxis.
¿La lesión fue como consecuencia de la mala praxis? Es imprescindible determinar la relación de causalidad. Este punto a menudo causa problemas. Cabe puntualizar que si la lesión también se hubiera producido con el tratamiento recomendado, el paciente no tendría derecho a obtener la indemnización.
Los tres supuestos de una negligencia médica
De forma global podemos agrupar las negligencias médicas en tres:
- Por exploración: no realizar las pruebas necesarias o hacerlas de forma incorrecta.
- Por diagnóstico: interpretar mal la sintomatología, retrasarte en el diagnóstico o errar en el mismo.
- Por tratamiento: no pautar los fármacos necesarios en función del estado del paciente.
En la heparina, es más frecuente el tercer supuesto: la ausencia de heparina como tratamiento base para combatir la trombosis venosa.
¿Hay diferencias entre una negligencia en un hospital público y en uno privado?
Sí. Es fundamental tener presente dónde se produjo la presunta negligencia médica. Las diferencias en el proceso son notables.
Si ocurrió en un centro sanitario público, la reclamación se interpone ante la Administración Sanitaria competente (generalmente la Consejería de Sanidad de la Comunidad Autónoma correspondiente). Primero como reclamación por responsabilidad patrimonial de la Administración; si no prospera, se inicia un procedimiento contencioso-administrativo por el cual se solicita una indemnización por daños y perjuicios.
Si se produjo en un centro sanitario privado, la demanda se interpone contra las personas o compañías responsables por Responsabilidad Civil. Su tramitación se realiza en los Juzgados de Primera Instancia
En ambos casos existe la posibilidad de recurrir a la vía penal, pero no suele ser la opción más recomendable.
¿Cuáles son los plazos establecidos para iniciar una reclamación en uno y otro caso?
El plazo comienza a contar desde que las lesiones están estabilizadas y se conocen las secuelas. O desde la fecha del fallecimiento.
En la sanidad pública dicho plazo es de un año . En la sanidad privada el plazo suele ser de cinco años, aunque en ocasiones desciende hasta un año.
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Reclamaciones por ausencia de tratamiento con heparina
La trombosis venosa es una enfermedad frecuente, prevenible en la mayoría de situaciones.
Casos frecuentes
Destacamos tres supuestos típicos en los que la heparina está presente, ya sea por omisión o por una mala praxis de la misma.
Paciente operado sin tratamiento antiagregante en el postoperatorio
Las trombosis posteriores a una cirugía son frecuentes. Tal y como indicamos al inicio de este artículo, las intervenciones quirúrgicas son un factor de riesgo.
Existe jurisprudencia al respecto de pacientes que tras una operación no recibieron tratamiento con heparina en el postoperatorio inmediato, a pesar de ser médicamente recomendable, sufriendo a posteriori una trombosis.
Pero una trombosis venosa posterior a una cirugía no siempre es provocada por una mala praxis. Antes de iniciar las reclamaciones pertinentes es esencial estudiar el caso con detenimiento. ¿Se cumplieron las buenas prácticas médicas? ¿Había otros factores de riesgo?
Paciente no diagnosticado en urgencias
Un segundo caso de trombosis intravenosa susceptible de reclamación, a veces ligado al anterior, es la no detección de la enfermedad en el servicio de urgencias.
Al respecto también existe jurisprudencia.
En este caso, el paciente suele acudir al servicio de urgencias aquejado de síntomas compatibles con la enfermedad, pero tras la evaluación se le remite a su hogar sin indicación de tratamiento antiagregante. A menudo, se pautan antiinflamatorios para tratar de aliviar el proceso.
Al cabo de días o semanas, el paciente suele volver a solicitar asistencia médica.
Este caso típico es susceptible de reclamación por negligencia médica siempre y cuando se compruebe que no se siguió el protocolo básico establecido para un paciente con esa sintomatología.
Mala praxis con heparinas
Algunos tipos de anticoagulantes tienen la peculiaridad de provocar a largo plazo lo mismo que pretenden evitar. Los mencionados trombos.
Por eso, es necesario un control exhaustivo del paciente medicado con algún tipo de heparina para que en caso de sufrir las contraindicaciones del medicamento pueda recibir un anticoagulante alternativo con el fin de prevenir posibles trombos.
Como hemos explicado a lo largo del artículo, cuando no se siguen los protocolos a raja tabla cabe la posibilidad de vulnerar la lex artis.
Es el caso de la mala praxis con heparinas. Según varias sentencias, la no sustitución de la heparina de referencia a tiempo fue la causante de trombos venosos profundos en diversos pacientes.
Este último supuesto es menos habitual que los dos anteriores, pero no descartable.
¿Cuándo es posible reclamar?
Puedes reclamar en cualquier momento, siempre que respetes los plazos marcados por la ley.
Si has sufrido las consecuencias de un trombo venoso y sospechas de una mala praxis médica, lo más recomendable es que dejes la posible reclamación en manos de un abogado especialista en demandas médicas.
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¿Por qué? Es necesario realizar un estudio concienzudo de los informes disponibles para comprobar si la actuación médica es susceptible de ser considerada como negligencia.
El abogado será el encargado de guiarte en el proceso, valorando las opciones y los pasos a seguir para que prospere la reclamación.
¿A cuánto asciende la indemnización?
Los importes varían en función de las consecuencias derivadas de no haber pautado el tratamiento de antiagregantes.
En los habituales casos de secuelas provocadas por trombos, existen diversas sentencias que establecen indemnizaciones de entre 20.000 y 50.000€ para los afectados.
La cifra puede superar los 300.000€ si la negligencia acaba con la vida del paciente.
¿Cuáles son las probabilidades de éxito en este tipo de reclamaciones?
La decisión sobre pautar anticoagulantes se basa esencialmente en dos puntos:
- Estimación del riesgo de sufrir una trombosis.
- Estimación del riesgo de padecer una hemorragia.
Para determinar el éxito de una reclamación es necesario determinar si los profesionales médicos valoraron ambos puntos tal y como la buena práctica médica indica.
Si se ha sobreestimado alguno de los riesgos o, directamente, no se han tenido en cuenta debidamente, es probable que la reclamación prospere.
¿Cómo saber si un caso de ausencia de heparina en el tratamiento es susceptible de reclamación?
Aunque existan sospechas fundadas, es imprescindible realizar un trabajo previo de investigación para comprobar si hay bases sólidas para interponer una demanda por mala praxis asociada a la heparina.
Estudiar los informes médicos es el primer paso para determinar la viabilidad de la reclamación.
Si deseas interponer una reclamación médica en las mejores condiciones, ponte en manos de abogados especialistasen negligencias médicas.
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